¿Nos decía Porchia que todo viene al hombre así
como el mañana?
Cuánto pedregullo del corazón
Cuánta lamentación sin profeta.
Para que enfríen
los presentimientos
colgamos su relámpago entre las rejas.
¿Recordás esa casa hermosa que alzamos en el mundo?
sólo llegó el viento
a preguntar
su piso de lágrimas.
¿No sale luz del ojo
de un poceado corazón
los otros?
Estrellas o demonios
es siempre
la desgracia
signo
de conspiraciones.
Un ángel interminable
para aliviar
diez tiros de tiniebla.
Y esos árboles sonriendo
la malicia del cielo.
Precaria y suficiente
a la evidencia sucumbe el ansia
a la impura sinceridad de los amores.
Es luminoso el rincón
no se la silla
los botines
Escucho melodiosos alaridos
A lo lejos.
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