martes, 19 de marzo de 2013

Hecho de llanto







jamás dejaré de creer en vos porque nunca he creído en vos

del mismo modo no confiaré en el dolor porque todo es dolor y eso es  evidente promisorio y claro



jamás sentiré que me abandonás en cuevas al final del mundo como si carne fuera

topacio

muy lejos de una selva



jamás permitiré que entres a mis palacios de la memoria

ni a los campanarios

porque lo que alcé en el mundo solo merece del mar ese momento donde yacen sirenas



no pensaré que has contemplado el mismo sol

ni la misma forma oscura de los sueños



no aceptaré que tu lenguaje conoce mis vocales

no te veré caer derecho para arriba



no daré testimonio

no prepararé tus valijas



jamás olvido leerte mis palabras porque jamás oíste

en mis palabras

algo más que palabras

algo menos que esa especie de oficio

donde se desanuda

lo mejor



jamás consolaré tu perro blanco

jamás pediré tu nombre debajo de los puentes



no veré si te alejas

ya sentí como te acercabas hasta atravesarme



jamás hablaré al mármol de vos

expósito y rabia serás en el mundo amable de los muertos



jamás encenderé tu lámpara adentro de los huesos afuera de la noche



 jamás me sentaré a decirte esto

vacilante y procaz

porque precisamente

todo esto

es silencio que trae y lleva



jamás te explicaré la cuadratura del ángel

ni el punto definitivo de los llanos



jamás comentaré el perfil de tus heridas

ni dormiré

 como lo hacía

tan cerca del peligro que donaste




jamás verás el lacrimal

porque estoy hecho de llanto y no supiste entonces

lo que no sabrás ahora



jamás podrás jactarte de reclamo o ausencia

no serás esperado

ni hallarás

del horizonte

 el pañuelo



jamás

amor

harás de mi tu criatura

tu anillo tu denario



nunca he confiado en vos

yo se como besan las panteras

y como lavar en oro la mentira



has olvidado

aquellos días largos

donde busque sin pausa

algo más que tu rostro

algo menos que espectros



jamás compartirás el mascarón del último tropiezo

el naipe de la bruja

la fe que desespero



jamás presentaré tu boca a las esferas



no me llames

no aparezcas ahorcado

 cuando hiervan los monstruos

después de las espadas

antes del vaso negro


no presentes tus plumas coloreadas por algo que parece la eternidad

y es solo una miseria de magnates





no  traerás mi almohada

jamás descansaré en tu relato de presagios



solo, feroz

como he llegado

 voy



jamás serás

amor

lo que he perdido



no juzgarás mi vida

no te arrepentirás por mí.










































No hay comentarios:

Publicar un comentario