martes, 30 de agosto de 2011

dejo de preguntarme algunas cosas





dejo de preguntarme algunas cosa
y me transformo
en respuestas y advertencia
morosamente asalto
la felicidad de los imbéciles

en esa parte de la ciudad hay un muerto que habla
la gente que lo escucha
atrae rayos
y renace con ojos celestes

amiga
ningún prodigio entusiasma después de algunas copas
algunos besos
un poquito de oro

si vas a hablar no esperes nada
la gente no escucha
frota el talismán de la verdad

lo que preguntaba en mí
era ese niñito al fondo
pidiendo amor

y es triste

triste.





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