jueves, 21 de abril de 2011

A la muerte de una niña



 
Ha concluido

recibe
¡oh diosa antigua!
esa astilla del aire

los vastos ríos de la noche
darán su cifra
a toda necesidad
u olvido

son propicias las lágrimas
la ahogada voz que prueba el día
hasta la muerte

y sobre la tierra hendida
vuelve a crecer
esta cosa o raíz
que abandonaron quieta

pero
madre del vacío
padre del nombre ya mordido

también adentro del planeta
afuera de días sucesivos
puso Dios la eternidad

no en brillantes ojos
en algo que se abraza

sino en el más oscuro
lejano
íntimo

trabajo

del amor.



de Llegado así, Editorial Recovecos, Córdoba, 2006

1 comentario:

  1. "recibe
    ¡oh diosa antigua!
    esa astilla del aire"

    Estos versos son muy lindos, Alejandro. Saludos.

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