martes, 30 de noviembre de 2010

Y nadie aprende nada



Ni en caudal, orilla
O aquello que refleja
Un cielo, unas  palomas

Llega el río
 A ser

Porque
Sombra feliz
Deriva
Es lo que ansía
Cumplir amparo
Y ofrecer la imagen

En piedritas del cauce
O anzuelo
Puede el hombre hallar
Rumores y ganancia

Lento persiste lo que amamos
Triste resulta contemplar
Del tiempo
 El resultado

Así como la sed

El río

Llega al mar


Y es confusa
Esta posible eternidad

Muy ciega
Tan huida

Y nadie
Aprende
 Nada.


de Verdad de lo evidente, Ediciones Cartografías, Río Cuarto,Provincia de Córdoba, 2011

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