jueves, 14 de octubre de 2010

En la carnicería

 

Fui al carnicero y pedí
un corazón de vaca

quiero sentir mi corazón de vaca
sus ojos grandes, dulces
y el lomo cubierto por la escarcha

con orejas pequeñas para escuchar al amo
y una cola larga
espantando moscas…

Déme un kilo de corazón de vaca

que ya no aguanto el corazón que llevo
esta piedra de afilar
y su palabra
con la madera rota y calcinada

un corazón que se vea de lejos
a orillas de mi pueblo
grandote, manso
tumbado sobre la humedad
del pasto

entonces todos querrán devorar
sus partes blandas
oír cómo
masca
sus palabras.

1 comentario:

  1. Me gusta mucho la poesía de este autor, que toca tan profundo. Este poema es uno de esos.

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