jueves, 26 de marzo de 2009

LO QUE DE VERAS SÉ


la poesía no es un trabajo
descanso en la nada
y me bendigo

la poesía no es una certeza
larga pregunta
toda ojos abiertos

la poesía no abdica
lucha en la sombra dorada

la poesía no es un propósito

la poesía es el Paraíso
todos los poetas son expulsados
todos los poemas gritan como monos
en los arboles

la poesía no es una virgen
en un rosal
la poesía no es una morera
ni un violín

no es un domingo

no es un fenómeno neurológico

la poesía no es un chofer

no es un alusión a Heidegger

la poesía no es la bordeadora
ni la bordadora de la prosa

la poesía no es un coro de muertos

los poemas no son
unos limones amarillos
intensos,intensos
bajo el día gris

es mejor estudiar a un rey africano

la poesía no es un error

la poesía no es un televisor de carne

la poesía no soporta
un muro de luz

no es una palabra

una telaraña
que sostiene al mundo

la poesía es enemiga de la poesía y viceversa

la poesía espera

ni un testimonio
una ética
o una épica
son su balcón

el poeta no es alguien que está por llegar

es mejor el agua
o
durar seco como una piedra

mejor estar solo
con un montón de lingotes.


del libro,Silencio al fondo,Ediciones Salido/Ediciones Radamanto,Junín,Villa María,2000.

lunes, 23 de marzo de 2009

LEOPOLDO MARÍA PANERO (Madrid,1948)

EL NOI DEL SUCRE

Tengo un idiota dentro de mí, que llora,
que llora y que no sabe, y mira
sólo la luz, la luz que no sabe.
Tengo al niño, al niño bobo, como parado
en Dios, en un dios que no sabe
sino amar y llorar, llorar por las noches
por los niños, por los niños de falo
dulce, y suave de tocar, como la noche.
Tengo a un idiota de pie sobre una plaza
mirando y dejándose mirar, dejándose
violar por el alud de las miradas de otros, y
llorando, llorando frágilmente por la luz.
Tengo a un niño solo entre muchos, as
a beaten dog beneath the hail
, bajo la lluvia, bajo
el terror de la lluvia que llora, y llora,
hoy por todos, mientras
el sol se oculta para dejar matar, y viene
a la noche de todos el niño asesino
a llorar de no se sabe por qué, de no saber hacerlo
de no saber sino tan sólo ahora
por qué y cómo matar, bajo la lluvia entera,
con el rostro perdido y el cabello demente
hambrientos, llenos de sed, de ganas
de aire, de soplar globos como antes era, fue
la vida un día antes
de que allí en la alcoba de
los padres perdiéramos la luz.

"Last night together"(Editorial Ayuso, 1980)




LA CANCIÓN DEL CROUPIER DEL MISSISSIPI

Canción pirata

Fumo mucho. Demasiado.
Fumo para frotar el tiempo y a veces oigo la radio,
y oigo pasar la vida como quien pone la radio.
Fumo mucho. En el cenicero hay
ideas y poemas y voces
de amigos que no tengo. Y tengo
la boca llena de sangre,
y sangre que sale de las grietas de mi cráneo
y toda mi alma sabe a sangre,
sangre fresca no sé si de cerdo o de hombre que soy,
en toda mi alma acuchillada por mujeres y niños
que se mueven ingenuos, torpes, en
esta vida que ya sé.
Me palpo el pecho de pronto, nervioso,
y no siento un corazón. No hay,
no existe en nadie esa cosa que llaman corazón
sino quizá en el alcohol, en esa
sangre que yo bebo y que es la sangre de Cristo,
la única sangre en este mundo que no existe
que es como el mal programado, o
como fábrica de vida o un sastre
que ha olvidado quién es y sigue viviendo, o
quizá el reloj y las horas pasan.
Me palpo, nervioso, los ojos y los pies y el dedo gordo
de la mano lo meto en el ojo, y estoy sucio
y mi vida oliendo.
Y sueño que he vivido y que me llamo de algún modo
y que este cuento es cierto, este
absurdo que delatan mis ojos,
este delirio en Veracruz, y que este
país es cierto este lugar parecido al Infierno,
que llaman España, he oído
a los muertos que el Infierno
es mejor que esto y se parece más.
Me digo que soy Pessoa, como Pessoa era Álvaro de Campos,
me digo que estar borracho es no estarlo
toda la vida, es
estar borracho de vida y no de muerte,
es una sangre distinta de esa otra
espesa que se cuela por los tejados y por las paredes
y los agujeros de la vida.
Y es que no hay otra comunión
ni otro espasmo que este del vino
y ningún otro sexo ni mujer
que el vaso de alcohol besándome los labios
que este vaso de alcohol que llevo en el
cerebro, en los pies, en la sangre.
que este vaso de vino oscuro o blanco,
de ginebra o de ron o lo que sea
- ginebra y cerveza, por ejemplo -
que es como la infancia, y no es
huida, ni evasión, ni sueño
sino la única vida real y todo lo posible
y agarro de nuevo la copa como el cuello de la vida y cuento
a algún ser que es probable que esté
ahí la vida de los dioses
y unos días soy Caín, y otros
un jugador de poker que bebe whisky perfectamente y otros
un cazador de dotes que por otra parte he sido
pero lo mío es como en "Dulce pájaro de juventud"
un cazador de dotes hermoso y alcohólico, y otros días,
un asesino tímido y psicótico, y otros
alguien que ha muerto quién sabe hace cuánto,
en qué ciudad, entre marineros ebrios. Algunos me
recuerdan, dicen
con la copa en la mano, hablando mucho,
hablando para poder existir de que
no hay nada mejor que decirse
a sí mismo una proposición de Wittgenstein mientras sube
la marea del vino en la sangre y el alma.
O bien alguien perdido en las galerías del espejo
buscando a su Novia. Y otras veces
soy Abel que tiene un plan perfecto
para rescatar la vida y restaurar a los hombres
y también a veces lloro por no ser un esclavo
negro en el sur, llorando
entre las plantaciones!
Es tan bella la ruina, tan profunda
sé todos sus colores y es
como una sinfonía la música del acabamiento,
como música que tocan en el más allá,
y ya no tengo sangre en las venas, sino alcohol,
tengo sangre en los ojos de borracho
y el alma invadida de sangre como de una vomitona,
y vomito el alma por las mañanas,
después de pasar toda la noche jurando
frente a una muñeca de goma que existe Dios.
Escribir en España no es llorar, es beber,
es beber la rabia del que no se resigna
a morir en las esquinas, es beber y mal
decir, blasfemar contra España
contra este país sin dioses pero con
estatuas de dioses, es
beber en la iglesia con música de órgano
es caerse borracho en los recitales y manchas de vino
tinto y sangre "Le livre des masques" de Rémy de Gourmont
caerse húmedo babeante y tonto y
derrumbarse como un árbol ante los farolillos
de esta verbena cultural. Escribir en España es tener
hasta el borde en la sangre este alcohol de locura que ya
no justifica nada ni nadie, ninguna sombra
de las que allí había al principio.
Y decir al morir, cuando tenga
ya en la boca y cabeza la baba del suicidio
gritarle a las sombras, a las tantas que hay y fantasmas
en este paraíso para espectros
y también a los ciervos que he visto en el bosque,
y a los pájaros y a los lobos en la calle y
acechando en las esquinas

"Poesía" 1970 - 1985 (Editorial Visor)

domingo, 22 de marzo de 2009

HÖLDERLIN (1770-1843)



El Archipiélago (Fragmento)


¿Vuelven las grullas hacia ti?,¿y dirigen de nuevo
hacia tus orillas su rumbo las naves?;¿acarician
brisas propicias tus olas tranquilas?,¿y solea el delfín
sus lomos a la nueva luz atraído desde los profundo?
¿Florece Jonia?;¿es ya tiempo?,pues siempre en primavera
cuando a los vivientes se les renueva el corazón y despierta
en el hombre el primer amor y el recuerdo de los tiempos
dorados,
¿vengo yo a ti anciano, y te saludo en tu silencio!

¡Siempre poderoso!,vives todavía y descansas a la sombra
de tus montañas,como entonces;con brazos de muchacho
ciñes
todavía a tu tierra querida, y de tus hijas,¡oh padre!,
de tus islas,de las florecientes ninguna se ha perdido todavía.
Creta se yergue y Salamina verdea;alboreada de laureles,
florecida de rayos levanta, Delos a la hora del amanecer,
entusiasmada su cabeza;Tenor y Chíos abundan en frutos
purpúreos;de las embriagadas colinas
mana el vino de Chipre,y en Calauria se precipitan
arroyos de plata,como entonces,en las viejas aguas del padre.
Todas ellas viven todavía,las madres de los héroes,las islas,
floreciendo de año en año,y cuando, a veces,desatada
del abismo,la llama de la noche,la tormenta inferior,
conmovía alguna de las islas graciosas,que,moribunda, se
sumergía en tu seno,
tú,divino,tú,perdurabas,¡pues es tanto lo que ha nacido
y se ha hundido en tus oscuras profundidades!

También ellas, las celestes, las potestades de la altura,las
silenciosas,
que traen desde lejos,desde la plenitud de la fuerza,el día sereno
y el dulce sueño sobre la cabeza de los hombres sensibles;
también ellos,los antiguos compañeros de juego,
viven,como entonces,contigo;y muchas veces al atardecer,
cuando viene de los montes de Asia la sagrada luz de la luna,
y las estrellas encuentran en tus olas,
luces tú con fulgor celeste,cambiándose tus aguas a su paso,
y la alta melodía de los Hermanos,
su canto nocturno,resuena de nuevo en tu pecho amante.

de,El Archipiélago,edición bilingüe.Alianza Editorial.Madrid.1979.Versión de Luis Díez del Corral.

domingo, 8 de marzo de 2009

Cuando los caminos daban al mar

a Mónica Conci

Así era antes
cuando los caminos daban al mar
la mar a los cometas
no podíamos creer si acaso
llovía desde arriba o sobre el mismo corazón guardado
así y no ha cambiado
quizá nosotros nos fuimos de nosotros
y llegamos al Tiempo
a la crueldad
el olvido
sin nosotros
sin ellos
más bien con una mancha
un baile en el espejo
otra memoria
algo

pero así
(estoy seguro y vos también, segura,)

era antes

paseaba el minotauro
su extravío
y la muchacha del sueño
donaba otra enseñanza

no era nostalgia
lo real
una verdad
el puño

contra todo

me dices
que hoy
continuaremos

señalas


hacia allá

el pan
hacia aquí el odio

tomas mi mano
me acercas
me confundes

y grita un pájaro de sangre

¿qué haré
de ahora en adelante?

con estas preguntas no nacidas
el hambre de los otros
la sed
los homenajes tristes

me dices
no preguntes

debes confiar

han de volver


un día


los caminos


tu corazón espera

tu padre
los amigos

y me levanto

miro

extrañado
aquello dado al tiempo
y ya no se llorar
como un jazmín o un astro

y ya no entiendo nada

y te abrazo

y me quedo.

del libro,La desesperación,Ediciones del cielo,Santa Fé,2003

sábado, 7 de marzo de 2009

JORGE TEILLIER (1935-1996)



Cosas vistas (Fragmento)


1

Nieva
y todos en la ciudad
quisieran cambiar de nombre.

2

Me preguntas en qué pienso.
No pienso en nada:
Sólo veo un puente de cimbra
Sobre el lecho reseco de un río
Que nunca hemos atravesado juntos.

3

Con el grito amarillo
del aromo
se despierta la mañana.

5

Los árboles están lejos
pero un día
llegaremos a ser árbol.

7

Sentado en el fondo del patio
trato de pensar qué haré en el futuro,
pero sigo el vuelo del moscardón
cuyo cuerpo es el único que podría atrapar,
y pierdo el tiempo saludando al caballo
al que puse nombre en mediodía de infancia
y que ahora asoma
su triste cabeza entre los geranios.

8

Las primeras luciérnagas:
un niño corre a buscarlas
para su amigo enfermo.

9

La jaiba
es una rojiza mancha vieja en la roca.
Avanza lentamente
y sigue viviendo bajo el sol
tanto como el albatros de plumaje reluciente
desdeñosamente inmóvil sobre otra roca.

10

Damos vuelta la plaza
en un Fiat 600
para entrar a una iglesia de 1732.
Una iglesia más grande que este pueblo
acurrucado como un pobre nido
entre cerros áridos donde trepan las cabras.
Un pueblo con casas de adobe venidas abajo
por el último terremoto.
Un pueblo donde todos esperan otro terremoto.

11

Abro la puerta
hacia la pieza vacía.
Si pudiera llenarla tu recuerdo.
Si pudiera escribir este poema
no estaría horas escuchando el Maestro
diciendo "Quién tuviera dieciocho años
y brillara en las acciones".

15

Quise fotografiarme y escogí los ojos de un perro vago.
Pequeño vagabundo sin dueño,
sucio,
con cardos secos en el pelaje marchito.
No me cobró nada
y volvió a escarbar su tarro de basura.
Cada uno sigue su camino.

17

Día tras día
en los charcos verticales
de los espejos de los bares
se va perdiendo tu cara
esa hoja caída de un árbol condenado.

19

Frente al semáforo rojo
me detengo
esperando cruzar la calle.
Un niño me mira
desde los brazos de su madre.
Algo tiene que decirme
algo tengo que decirle,
algo que será él.
Hasta el cambio de luz
me hundo en esos ojos asombrados
irrecuperables.

25

Para qué me dices
escribe;
trata de escribir
hasta que tu brazo derecho
sea más largo que el izquierdo.

30

La muerte nos dice que no existe
para que creamos en ella
y la llamemos.

39

Si el mismo camino que sube
es el que baja
lo mejor es mirarlo
inmóvil desde una ventana.

40

Los charcos
abren ojos aterrados
al oír a los patos.



Para hablar con los muertos



Para hablar con los muertos
hay que elegir palabras
que ellos reconozcan tan facilmente
como su manos
reconocían el pelaje de los perros en la oscuridad.
Palabras claras y tranquilas
como el agua del torrente domesticada en la copa
o las sillas ordenadas por la madre
después que se han ido los invitados.
palabras que la noche acoja
como los pantanos a los fuegos fatuos.

Para hablar con los muertos
hay que saber esperar:
ellos son miedosos
como los primeros pasos de un niño.
Pero si tenemos paciencia
un día nos responderán
con una hoja de álamo atrapada por un espejo roto,
con una llama de súbito reanimada en la chimenea,
con un regreso oscuro de pájaros
frente a la mirada de una muchacha
que aguarda inmóvil en un umbral.


Del libro Crónicas del Forastero,Ediciones Colihue,Buenos Aires,1999.