jueves, 11 de junio de 2009

CAYETANO GUZMÁN



XXIII fragmentos




I

espacios que dejan los recuerdos
entre la lluvia que cae
y un viernes
con la noticia del hombre de negro y sombrero
en el campo santo:
casi el fin de toda la niñez;
despertar a la ruidosa calle diez
y a los objetos que se van por las noches
y al calor que sofoca la cama y el sueño

IV
Ocultos los temores de la noche
en el caluroso ensueño del silencio de la tarde:
(letanía desolación)
todo el recuerdo de largas tardes mirando el horizonte

no el descuido de la piedra en el camino
ni el olor a frutas vencidas por el calor

II
bendice el olor de la fruta
bendice la lejanía imponente de la cordillera
bendice la lluvia que cae lenta
sobre todas las cosas de la tierra
bendice la amistad que siento por mi amigo Alvaro Félix Bolaños fallecido
bendice la amistad por todos aquellos que nunca volveré a ver y de aquellos que el tiempo ha borrado de mis recuerdos
bendice el agua del río que tantas veces bañó mi cuerpo
y se llevó tantas cosas en sus remolinos y atajitos de agua dulce

III
volver sobre lo escrito en la memoria
de héroes que riñen y se matan
por una patria desteñida
en colores de la muerte por todos

V
El ruido de las gotas de la lluvia
y los recuerdos de la noche
larga, triste y desolada
(bolero malo)
y el crimen propio que empieza su ronda
por el amor que lo enfrenta

VI
las preguntas rondan la ausencia de las cosas cotidianas
el reloj no ha podido avanzar
es la vida recorrida de plano

VII
Mi amigo y las cartas que escasean de mi mente
escritura del silencio sobre los recuerdos
y el lenguaje que no se aviene a mi llamado
como una yegua desbocada por el camino
(bolero malo nuevamente)

VIII
los héroes ya no son lo glorioso
es tan triste esta patria tan violenta
azur, rojo, rozo, roto
amarillo del rostro de los muertos
y que tendal de víctimas
victimarios vitrosos
y el recuerdo de esta tarde
no me trae mas que el olor nauseabundo
de lo perenne

IX
y la soga que no llega a su lugar
pero no todos se han permitido la muerte

X
En el fondo todo ha quedado como antes
el sol extendido sobre los tejados
y abajo cada uno en triste fila

XI
Es inocente el sonido del viento
golpeando la ventana en el interior de la casa
la oscuridad se toma los cuartos
como un largo día de invierno
XII
Algo cambia en el camino contrario a la mirada del horizonte
la línea que se quiebra en fondo, hondo, profundo, hundo, herrumbro
Y los héroes ya no están para salvar
Son sólo héroes perdidos en la sangre
de todos

XIII
La tarde declina y el hombre de negro con su sombrero
sobresale en el horizonte

Era tanta la felicidad
verlo venir!

Y la mentira al final del camino
lo desfiguró!

(letanía de bolero)

lo fue borrando con el tiempo
El fastidio de la verdad se apoderó de su sueño

XIV
la tarde ha estado demasiado en mi mente
no pude dormir despierto
el pasillo fue demasiado largo y la luz cegó
la mirada sobre los cuartos

XV
Allí estaba y era la sombra del hombre de negro con sombrero
al acechar los ruidos
...
La espina sabotea el corazón por varios lados
inocultable el dolor de las tardes vacías de recuerdos

esta patria vacía
de lejos

y los vivos que pesan más que los muertos

XVI
El olor del naranjo me trae a la memoria la tarde;
aquellas tardes en las que el hombre de negro con sombrero
venía y su figura me cubría

Todo
era él

La figura desfigurándose en el horizonte
a través de la vaporosa tarde

XVII
El recuerdo de los juegos
el calor y las noches
temblando de terror

Eran juegos o era terror. Todo
confundía
Constatar el terror de los juegos en las palabras de mamá
y las noches que llegaban y se sucedían

XVIII
Insoportable recuerdo.
Ah! Concierne a la memoria ser borrada; borrarse
recuerdos. Ingredientes desagradables

XIX
Y la calle diez. Ese ruido y ese olor
El orín se confundía con el olor a cerveza
las negras todos
vociferaban

El hombre de negro y sombrero sonreía

Siempre tendría su lugar de privilegio

XX
Y mi flacura sometida
Y todos los hombres vociferan

El culebrero sus productos
jarabes y culebras
hebras, finas, filas, herbaje, herbajero, herbar
y el niño que lo escucha embelesado
ido y la muchedumbre que lo rodea

Es todo el mundo
El mercado de la calle diez

XXI
Mi amigo estaba en el primer piso
En la calle diez y no lo distraían los olores
No lo distraían ni las putas ni los ruidos de músicas tristes y viejas

Vuelvo. No vuelvo
pero no me he ido

XXII
Qué se puede hacer en dos lugares al mismo tiempo?
Escribo mi ausencia. Y eso me entristece

Al lado corre una sombra que no es la mía
Es una sombra que no se define en nada
y el paso que doy al costado hace que la sombra
salte sobre mi cuerpo y me consuma

XXIII
La revuelta del agua no dejó olas en mis ojos
difícil verse pensando hacia atrás
sin tener sostén en el piso de las olas

Caía la tarde y yo estaba allí mirándola caer.


Cayetano Guzmán nació en Buga - Valle de Cauca - Colombia, en 1957 - Reside en Argentina desde 1979.


1 comentario:

  1. no pude sustraerme a la imágen de un jóven cayetano, envuelto en el bullicio, en el torbellino, en lo inexorable, de aquellos días suyos,

    muy bueno!!

    grandes saludos

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